jueves, 11 septiembre, 2025
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Róisín Murphy y Dillom en Primavera Sound 2023: terapia de shock

Cosas de los festivales: si bien la irlandesa Róisín Murphy era la última artista internacional que debía tocar antes de The Cure, el verdadero acto previo a Robert Smith y compañía estuvo en manos de Dillom. El otrora niño travieso del trap local volvió a jugar con el desconcierto: lejos de la superproducción de su primer Movistar Arena o incluso de la teatralidad de su paso por Lollapalooza 2022, el miembro estelar de la Rip Gang eliminó todo artificio posible y apostó por un show crudo, más cercano al microverso de su EP Ad Honorem Vol. 1 que a la sobreinformación de Post Mortem

“Piso 13”  el medley entre “Una vela”, de Intoxicados, y “Rili Rili” fueron abriéndole camino a la aspereza de “Mick Jagger”, “Side”, “1312” (con Muerejoven en escena) y el cover de “Latas”, de y con K4. El mismo pibe que hace poco más de un año estaba atemorizado con su propia muerte, ahora sobre el escenario Primavera estaba entonando el grime furioso y provocador de “Ola de suicidios” y que le marca la cancha a sus competidores en “Minimi”. Y ahí vuelve a estar la clave de Dillom en su provocación, el humor como antesala de todo, evidenciable en “OPA” y “Pelotuda”.

Antes de meterse de lleno en un segmento de canciones de Post Mórtem, Dillom y su banda entraron con respecto a una versión de “ Nos siguen pegando abajo (Pecado mortal)”, el único artista en rendirle homenaje no a Charly García (eso también lo hicieron Mi Amigo Invencible y Conociendo Rusia), pero sí el único en celebrar a su modo los 40 años de Clics modernos. Legitimado en su lugar histórico, el shock horror de “Post Mortem” y el protoindustral de “Reality” se disolvieron en el aire en “220”. Como cada noche que la interpretó, Dillom pareció estar recordándole a su público la naturaleza de quien está detrás del personaje: “Les puedo contar mi vida si les gustan las historias de terror / Yo no sé mucho de amar, pero si sé del dolor”. Una origin story con final abierto.

A la que el formato le jugó una mala pasada fue a Róisín Murphy. La ex Moloko, con su propuesta ultra pop, bailable y frenético, le venía muy bien la previa a The Cure para meter un set para acortar la distancia temporal con el acto de cierre. Sin embargo, una demora técnica de último minuto hizo que el comienzo se demorase más de lo deseado, y que hubiera que esperar más de lo deseado para la patada inicial con «Can’t Replicate». Tras un pedido de disculpas en un inglés afectado, dejó que fuera la música la que hablase y subsanase el incordio. 

Y aunque el inconveniente hizo que parte de su set se pisase con el comienzo de The Cure, una importante porción del público se mantuvo frente estoico frente al escenario Barcelona para escuchar en vivo las canciones del flamante Hit Parade» y de paso levarse temas de Moloko como «The Time Is Now» y «Sing it Back». Y si bien a algunos la pareció empezar a marcarles la alarma interna, Róisín Murphy y su banda lo dieron todo hasta la hora del cierre con «Ramalama (Bang Bang)» con la certeza de poder brindar un espectáculo bajos sus propias reglas en el sideshow del lunes en Complejo Art Media.

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