Pulp parece habitar en su propia unidad de tiempo. Pasó en los noventas, cuando el grupo de Sheffield entró por la puerta grande del britpop con Different Class, su ¡quinto! disco, que se abrió paso a los codazos entre los primeros pasos de bandas con pocos años de vuelo. Volvió a pasar en 2011 y 2012, cuando Jarvis Cocker y compañía emprendieron una gira reunión después de una década de inactividad con un nuevo simple que prometía una falsa continuidad. Y lo es ahora, con un nuevo tour que parecía ser otra burbuja en el tiempo y que se perfila a expandirse más de lo estipulado, una celebración en presente de un pasado que no parece haber perdido vigencia.
Bajo el nombre This is what we do for an encore (“esto es lo que hacemos como bis”), Pulp llegó a Buenos Aires para celebrar su legado, un cancionero donde confluyen la cultura pop británica, la militancia de clase, el costumbrismo y la verba afilada como ariete narrativo. El recorrido de su propia historia se centró en el cénit de su masividad a finales de los 90 y su despedida en fade out con el cambio de siglo, con His N Hers (1994), Different Class (1995), This is Hardcore (1998) y We Love Life (2001) como paradas obligatorias. Y aunque acuse 60 años a cuestas, Cocker sigue manteniendo el mismo magnetismo que hace tres décadas, con su estampa mitad crooner mitad profesor universitario.
Con la imagen de una luna llena como única iluminación, Pulp salió a escena con la atmósfera intrigante de “I Spy”, una mirada al Jarvis Cocker storyteller capaz de construir un universo a partir de una escena microscópica mirada con zoom. Después, la letra del hit “Disco 2000” pareció presagiar el espíritu mismo del show, una suerte de fiesta del reencuentro donde las canciones oficiaban de guía para la memoria emocional. Y si hasta ese entonces los motivos para celebrar ya eran suficientes, la incorporación de “Joyriders”, que sonó por primera vez en once años, seguida de “Something Changed”, dedicada al exbajista Steve Mackey, fallecido el año pasado.

En un ejercicio aleatorio de los climas y sus manifestaciones, Pulp pasó de la sugerencia lasciva de “Pink Glove” al manifiesto outsider de pulso marchante de “Weeds” (“así se le dice a la gente que no es importante”, aclaró Jarvis), hermanada con su continuación en clave downtempo, “Weeds II (The Origin of the Species)”. Ese mismo clima encontró un catalizador en la zigzagueante “F.E.E.L.I.N.G.C.A.L.L.E.D.L.O.V.E.”, o la prueba de que calentura y amor a veces pueden ser sinónimos. Después, “Sorted for E’s & Wizz” le puso aire de pop guiado por guitarras acústicas a la sensación narcótica de las drogas de diseño en una rave, para que después “This Is Hardcore” sintetizase el clima de fin de época del britpop: el bajón después del subidón de cocaína, el desencanto y la calentura, todo en un mismo envase.
En el segundo rescate de la gira y como regalo al público local, “Bad Cover Version” sonó por primera vez en el tour, y “Do You Remember the First Time?” estuvo dedicada a quienes estuvieron presentes en el show de Pulp en el Luna Park en 2012, su primera vez con el público porteño. El riff saltante de “Babies” prometía efervescencia pop para largo rato, pero las tomaron un giro drástico con “Sunrise”, un ambiente que se cocinó lento hasta desembocar en un remate intenso con Cocker bailando poseído con un sol en la pantalla a contraluz, mientras sus compañeros de banda llevaban la coda de la canción a un clímax acorde a los movimientos del cantante.
A la hora de los bises, Cocker desempolvó una vieja guitarra eléctrica para “Like a Friend”, en la que brinda consuelo a una amiga con el corazón roto a la que desea en secreto, y de algún modo la narrativa continuó con “Underwear”, o el sufrimiento de saber que tu objeto de deseo está en la cama con otra persona. Como si hubiera sido poco, el cierre fue con “Common People”, la manera de plantar bandera y recordar que no se puede fingir lo que no se es. De yapa, una segunda tanda de bises con un tema nuevo estrenado en México, “Background Noise”, que hace ilusionarse con que este regreso es más que una juntada fugaz, “Razzmatazz” y “Glory Days”. Y ahí donde todo debería haber terminado, Pulp regresó para interpretar una canción fuera de programa, “Mis-shapes”, otro himno de hermandad para los que se sienten fuera del sistema, y que encuentran en la obra de Cocker y compañía un lugar de pertenencia.
