Después de este fin de semana, Primal Scream puede lucir con orgullo su medalla de localía argentina. Tras un set convocante en el Music Wins, Bobby Gillespie y compañía encararon un sideshow en C Art Media, anunciado con solo siete días de antelación. Solos y de noche, demostraron la vigencia de su legado, y también la de su presente, con varias canciones del flamante Come Ahead dominando el repertorio de lo que fue uno de sus mejores shows en estas latitudes.
A sus 62 años, Gillespie no acusa el paso del tiempo: su entrega en el escenario es tan hipnótica como lo era hace 3 décadas, y donde antes había una estrella de rock en estado de gracia química, ahora hay un entertainer con un largo recorrido a cuestas. Con un traje blanco radiante, Bobby es capaz de ponerle el cuerpo a una canción disco, un garage rock sucio o un tema industrial rabioso con mismas cuotas de elegancia y desaliño.
La versión 2025 de Primal Scream tiene a la síntesis como propuesta. Una guitarra (Andrew Innes, el único otro miembro original), batería (Darrin Mooney, presente desde 1998), bajo (Simone Butler, en su puesto desde hace más de una década) y teclado (Terry Miles, en reemplazo de Martin Duffy, fallecido en 2022) fueron herramientas suficientes para pasearse entre el rock, el soul, la electrónica y más allá, con la presencia esporádica del saxo de Alex White y dos coreutas en plan gospel. Con ese andamiaje, Primal sentó las bases desde temprano con una versión guitarrrera de “Don’t Fight It, Feel It”, para después pasarle de cerca a los Stones de “Miss You” en “Love Insurrection” y al rock sureño en “Jailbird”.
Gillespie aprovechó para reivindicar por enésima vez su devoción a Diego Armando Maradona. Primero, dedicándole “Loaded” y llevando en alto una réplica de la camiseta que usó en el Mundial 1994; sobre el cierre de la jornada, con una remera con su cara para interpretar “Rocks”. Entre una instancia y otra, lo mejor de su repertorio, entre la rave politizada de “Swastika Eyes”, el gospel bailable de “Movin’ On Up”, la sensibilidad de “Damaged” y la explosión multicolor de “Come Together”.































