miércoles, 10 septiembre, 2025
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Babasónicos en el Campo de Polo: desde el frente de batalla

La lógica de Babasónicos se sostiene desde una particularidad: mientras más alejada parece la obra de su contexto temporal, más dialoga con su propia época. Ocurrió con la fábula de fin de ciclo menemista registrada en Miami (1999), el registro de una manifestación masiva identitaria de “Fiesta popular” (2011) y también en el mar de incógnitas post pandemia hechos canción que agrupa Trinchera, su último disco. Anoche, en el que fue el show más convocante de su carrera, Adrián Dárgelos tomó la palabra a la hora de los bises: “Alguna noche como esta nos van a venir a buscar, y vamos a haber salido de la trinchera. Porque lo que viene es cuerpo a cuerpo”, La frase sirvió para presentar “Tajada”, su más reciente single, pero también como una advertencia, un pronóstico político posible según la banda de Lanús. 

La llegada de Babasónicos al Campo de Polo fue un acto consagratorio no sólo en términos de convocatoria (55 mil personas, de acuerdo a las cifras oficiales), sino también como un reconocimiento a más de tres décadas de trabajo por fuera de los estándares de industria. Después de intentar construir una carrera en los márgenes del mainstream, la banda buscó subvertir órdenes y dogmas desde una postura de hitmakers inesperados. Algo de esa sensibilidad pop existió en el comienzo de su show, con el tándem entre “Anubis” y “Pijamas”; la primera, la declaración de guerra a lo inevitable (“No va a empezar la muerte hoy a llevarse a mis amigos”); la segunda, una invitación al pernocte cuyo discurso cobró aún más fuerza en “¿Y qué?”.

La nostalgia nunca fue el fuerte de Babasónicos, de ahí que la inclusión de “Montañas de agua” (Trance Zomba, 1994) en sincro con su video original, haya sido más una decisión estética que narrativa, rescatada de su último Movistar Arena. Y así como en cada uno de sus shows en Villa Crespo, la banda buscó poner a la luz como protagonista de su puesta en escena, en el Campo de Polo fue un paso más allá. Sergio Lacroix, responsable de las escenografías del grupo, montó en el predio un imponente escenario piramidal (allá Daft Punk en la época de Alive), plagado de luces. De acuerdo al tema, la iluminación hacía desaparecer las estructuras tubulares las sostenían o bien la bañaban de colores, parpadeaban como diamantes o incluso estallaban en un loop de colores como pasó en “Deléctrico”.

Con el foco puesto en las canciones de Trinchera (“La izquierda de la noche”, “Viento y marea”, “Capital afectivo”, “Vacío”), el show también tuvo lugar para las canciones de Infame, en su veinte aniversario. Los chispazos valvulares de “Sin mi diablo” y “Once” del comienzo del show tuvieron su correlato con el bolero lascivo de “Putita” y los aires de Sandro a 220v de “Irresponsables”, encargada de cerrar la noche. En la pluralidad de estilos y climas, Babasónicos encontró su mejor forma, ya fuera en el tecno contenido de “Trinchera” y “Microdancing”, como también en la pátina psicodélica de la versión 2023 de “El loco”, con Carca asumiendo las melodías principales desde un sitar, que le siguió a la siempre conmovedora “Vampi”. 

La idea de un show de alto impacto visual le permitió a Babasónicos quemar temprano el cartucho de “El colmo” (por lo general, una canción destinada siempre al cierre de sus presentaciones, o al menos al último tramo), con la certeza de la efectividad de una lista que convirtió como pivotes centrales a “Ingrediente”, “Los calientes” o el show-dentro-de-un-show de “La pregunta”, el existencialismo y el call to action convertidos en single. Después de ese episodio, la única salida parecía ser el baile, con Diego Uma dispuesto a poner el cuerpo (literal) en una seguidilla que fue desde “Mimos son mimos” y “Paradoja” para seguir por “La lanza” y “Bye Bye”. 

“Carismático” y “Yegua”, dos caras de un mismo tríptico que en estudio completa “Un flash”, llevaron el show hacia su final. La ya mencionada “Tajada” creó la atmósfera de intimidad posible y necesaria para “Como eran las cosas” que, junto con “Putita”, calmó las aguas antes del cierre con “Irresponsables”. Y lo que hasta ayer era un bolero a velocidad muscle car, después de la alocución de Dárgelos pasó a ser como una invitación secreta al llamado a acción, porque de las trincheras se salta siempre al campo de batalla.

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